Claves para la convivencia entre gatos y bebés

En esta ocasión vamos a tratar un tema muy importante que es la convivencia de gatos y bebés, de manera que podamos estudiar bien la relación existente entre ellos, si se trata de una buena idea el que se encuentren juntos y por supuesto daremos algunos consejos que os ayudarán a evitar los posibles problemas que se pueden derivar a partir de esta relación.
¿Cómo se llevan los gatos con los bebés?
Conforme se va acercando la fecha de nacimiento de nuestro pequeño, si tenemos mascotas en casa, es normal que los planteemos si va a ser una buena idea que mascotas y bebés convivan juntos, y es que está claro que nuestra última intención es la de deshacernos de nuestro compañero, pero por supuesto queremos garantizar la seguridad de ambos.
El gato es un tipo de mascota muy particular, ya que suele ser bastante independiente aunque también presenta algunos defectos como que no le hace demasiada gracia que se introduzcan cambios en su entorno.
En este caso, al tratarse de un bebé, el gato va a descubrir algo que era completamente desconocido para él, incluyendo ruidos que pueden ser molestos y por supuesto también los nuevos olores.
Esto hace que el gato se pueda encontrar incómodo, incluso llegando a ver al bebé como un juguete extraño, y que le va a llevar a cambiar buena parte de su rutina en el día a día.
Convivencia de los gatos con bebés, ¿sí o no?
Cabe partir de la base de que, aunque aparentemente todo apunte el sentido contrario, lo cierto es que introduciendo algunos cambios y sobre todo prestando atención a las necesidades de nuestra mascota, en poco tiempo se acostumbrará y entenderá el bebé como un miembro más de la familia.
Para ello hay que motivar una relación entre ambos, donde es muy importante que se eviten los pelos por parte del gato.
Esto significa que deberemos dedicar tiempo a la mascota, y por supuesto también es importante desarrollar una estrategia que nos permita hacer que el gato entienda la llegada del bebé como algo positivo y que le aporta ciertos beneficios.
Esto significa que debemos aumentar el tiempo que pasamos con él, de manera que se sienta seguro y tranquilo.
Redes de protección
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Posibles problemas entre gatos y bebés
Si tenemos paciencia y nos aseguramos de estar siempre presentes para encaminar de manera adecuada la relación de convivencia entre gatos y bebé, la relación que se va a establecer entre ellos va a ser muy positiva y beneficiosa para ambos, pero es muy importante que estemos prevenidos ante los que se consideran como los principales riesgos de criar a un bebé con un gato.
Enfermedades
El que realmente nos preocupa más es la posibilidad de que el gato pueda transmitir alguna enfermedad a nuestro pequeño, lo cual podría llegar a ser una situación muy grave.
La mejor forma de evitar esto es prevenir que durante los primeros meses, el gato salga al exterior, y es que lo más habitual es que las enfermedades que desarrollamos, tengan su origen fuera del hogar.
Para ello, una buena solución puede ser la de instalar redes de protección que nos van a servir tanto para los gatos como para el niño cuando crezca y empiece a dar sus primeros pasos.
Estas redes se pueden colocar en ventanas y terrazas, y su cometido es el de prevenir la caída de animales y personas al exterior, además de que también impide su entrada, lo que se traduce en que el gato no va a volver a tener contacto con otros ejemplares que puedan estar infectados.
El gato deberá visitar al menos una vez al año al veterinario, además de que es imprescindible establecer un calendario de vacunación que garantice su salud.
Deberá estar bien desparasitado tanto en relación con los parásitos internos como con los externos.
Existen diferentes enfermedades que el bebé puede contraer del gato, entre las que destacan la toxoplasmosis, la rabia y las alergias, a lo cual hay que sumar los arañazos y los parásitos.
El gato bufa al bebé
Muy especialmente durante los primeros días, es más probable que observemos que el gato bufa, se eriza e incluso huye en el momento en el que aparece el bebé, y es que va a necesitar un periodo de adaptación para perder el miedo.
En este sentido no nos debemos preocupar demasiado, ya que la intención del animal no es la de atacar al bebé, sino que no entiende exactamente de qué se trata, por lo que prefiere huir hasta que pueda entender qué tipo de criatura tiene enfrente a él.
Lo importante es que poco a poco vayamos acercando al bebé y al gato para que se vayan conociendo, de manera que el felino sea consciente de que no existe ningún riesgo.
Recuerda que este proceso implica que tengamos paciencia, de manera que cada contacto vaya aumentando en tiempo y en intensidad.
No dejarles solos
Es muy importante que estemos siempre pendientes de la relación entre el bebé ya el gato, lo que significa que no los dejaremos solos en ningún momento, lo que nos permitirá anticiparnos y entender el modo en que va evolucionando el comportamiento de nuestra mascota.
Recuerda que es interesante instalar las redes de seguridad para gatos y las mallas de seguridad para niños para evitar las caídas tanto de uno como del otro, garantizando así su seguridad e invirtiendo en tranquilidad.
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